Si a un niño le gusta dibujar mucho muchísimo, no queda más remedio que tener pinturas en todos los sitios a los que vamos habitualmente. Estas vacaciones hemos pasado por la casa del pueblo.
Allí tenemos un buen arsenal de pinturas y rotuladores y como la madre de este niño siempre está pensando en hacer cosas útiles y prácticas a la vez que reutilizar todo lo que se pueda... pues con lo poco que tenía a mano le hice un organizador de pinturas para su mesa.
Ahora os cuento cómo lo hice. Tengo que decir también, que no es ninguna "obra de arte", porque tampoco disponía de herramientas y materiales como cuando estoy en casa, pero bueno, su función la hace.
Lo primero que pillé que podía ser una caja de cartón, fue la caja de cereales de mi hijo pequeño. También sirve cualquier caja de zapatos o similar.
La corté a la altura para que las pinturas se sujetaran bien dentro. Reforcé los lados largos con otra capa de cartón que saqué de la misma caja.
Cortamos unos trozos de cartón para hacer unos separadores interiores. Saqué una pequeñas lengüetas haciendo unos cortes en los lados para después sujetarlos con cello y así reforzar los separadores y que no se muevan.
Antes de sujetarlos definitivamente a la caja, forré los separadores con una revista vieja de niños que encontré. Con un papel bonito quedaría mejor, claro, pero como ya os he dicho, este trabajo fue totalmente improvisado.
Tenía una caja de palos de mirar la garganta, si si, de los de los pediatras. Y si, es raro que tenga una caja de estos palitos.. pero están ahí desde hace años cuando un ortodoncista me mandó hacer unas maniobras con ellos en un diente. Bueno, pues al final han tenido utilidad ..jeje
Los corté a la medida y los pegué con cola blanca. Tarda en secar, así que lo dejé toda la noche.
Ahora sería el momento de pintarlos con un color bonito y alegre, pero yo lo único que tenía era un tinte de madera color roble oscuro. Así que le dí el toque rústico que se merece una casa en el pueblo. Pegué unas siluetas de fieltro que encontré para darle un poco de alegría. Y bueno, creo que no quedó tan mal .... al final parecía una especie de granero rústico lleno de pinturas de colores.
Con este trabajo, os quiero demostrar que con poca cosa y un poco de imaginación se puede hacer de todo. ¡Espero que os inspire!
Con este trabajo, os quiero demostrar que con poca cosa y un poco de imaginación se puede hacer de todo. ¡Espero que os inspire!
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