Qué frustración genera el saber que a tu hijo pequeño le pasa algo y no sabes qué. Encima es un niño de contar poco, y ya si entramos en el tema emociones, tampoco tienen edad para controlarlo. Les notamos tristes o enfadados y vemos que con su corta edad guardan una rabia que no podemos entender. Es entonces cuando nos volvemos locos buscando maneras de conseguir que saquen lo que tienen dentro y que lo compartan de alguna manera con nosotros para que podamos ayudarles y guiarles en su camino.
Está claro que cuando los padres no conseguimos nada, existen unos profesionales estupendos llamados psicólogos, pedagogos... que nos pueden ayudar. Una profesional de la pedagogía me dio una idea para poder hacer en casa.
Es un método que ellos utilizan en un curso anual que realizan trabajando las emociones con niños, y al que seguramente apuntaré a mi hijo el año próximo. Mientras tanto, creo que esto es un paso importante para trabajar con él.
Es un método que ellos utilizan en un curso anual que realizan trabajando las emociones con niños, y al que seguramente apuntaré a mi hijo el año próximo. Mientras tanto, creo que esto es un paso importante para trabajar con él.
El trabajo que os enseño hoy es sencillo pero muy especial. Un tablero para trabajar las emociones con nuestros niños de una manera simple.
Necesitamos :
- plancha goma eva color carne
- plancha goma eva color negro
- velcro
- compás
- tijeras
- pinceles
- lápiz
- pinturas acrílicas
- taladradora
- cordón
Con el compás trazamos unos círculos del mismo tamaño en la goma eva color carne. Dibujamos las diferentes caras con expresiones de tristeza, alegría, enfado, miedo y vergüenza.
Pintamos con las pinturas acrílicas las caras y dejamos secar. Para los contornos utilicé un rotulador permanente fino, esto viene muy bien si no tenemos mucha práctica con los pinceles. Después cortamos y pegamos trozos de velcro por detrás.
Cortamos el tablero de goma eva negra con la forma que queramos darle. Pegamos un trozo de velcro del lado contrario al que hemos utilizado en las caras, en la parte central. Ahí el niño pegará la cara con la que él se sienta identificado en ese momento.
Más abajo, pegamos una tira de velcro para pegar las demás caras mientras no se usan.
Después pintamos el enunciado que queramos poner, en mi caso escribí "Me siento..." y pinté unas rayitas blancas a modo de costura.
Hacemos unos agujeros en los extremos de la parte superior y atamos un cordón para poder colgar nuestro tablero. Y listo!!
Lo importante es explicarles que ellos pueden cambiar las caras según cómo se sientan y que nosotros no vamos a decirles nada. Que es una manera de que nosotros sepamos cómo está sin que tengamos que hacerle preguntas. Ellos se quedan más tranquilos y participan, y nosotros podemos manejarnos mejor en el complicado mundo de los niños.
Un besote y felices vacaciones!!!