Vuelvo a la carga con más temática navideña, que es lo que toca! Os voy a enseñar una fórmula para hacer una especie de plastilina con ¡¡¡ Maicena !!! La descubrí enredando en Pinterest y la probé para hacer adornos para el árbol de Navidad, con mi hijo y para mi, el resultado es... genial!
Adornos que podéis guardar para la posteridad ...que pasen de una generación a otra .. que queden como una herencia familiar. Me parece algo entrañable y sobre todo, que tanto a padres como hijos les va a encantar. Así que sin más dilación os presento este bonito proyecto.
Empezamos con la FÓRMULA, necesitamos Maicena, Bicarbonato Sódico y Agua. Las proporciones son:
1 Taza de Bicarbonato
1/2 Taza de Maicena
3/4 Taza de Agua
Con estas cantidades sale suficiente para hacer unos cuantos adornos, pero si queremos más cantidad solo tenemos que duplicar las cantidades.
Echamos todo en un cazo y lo ponemos a fuego lento, revolvemos todo el tiempo hasta que veamos que se convierte en una masa compacta.
Cuando consigamos la textura compacta lo pasamos a un bol y lo tapamos con un trapo húmedo para que se enfríe y podamos manipularlo sin quemarnos.
Una vez esté frío al tacto lo sacamos y extendemos con un rodillo en una base de silicona de las de repostería, yo tengo una que se vende en Ikea. Lo dejamos con un espesor como si fuéramos a hacer galletas, ni muy delgado ni muy gordo.
Podemos utilizar cortadores de galletas que tengamos en casa, o algún molde para plastilina que suelen tener los niños, un baso para hacer círculos o nuestras manos.
Hacemos formas diferentes y las vamos dejando en una bandeja, podemos también hacer dibujos o letras en la pasta con un palillo o con la parte de atrás de un pincel, también utilizar sellos y estamparlos en la masa para conseguir dibujos en relieve.
Con una pajita o un palillo hacemos un agujero por donde luego pasaremos la cuerda para colgarlos en el árbol.
La textura es muy bonita porque queda blanca con un ligero brillo. A partir de aquí, hay dos opciones, una más rápida y otra no tanto. La lenta, que sería la ideal si lo que queremos es dejar los adornos con su color original inmaculado, es dejarlos secar al aire. Por experiencia, esto supone esperar casi dos días para que alcancen una dureza firme.
La opción rápida, que nos sirve si lo que vamos a hacer es pintarlos y sobre todo, ideal para la poca paciencia de los niños, es meterlos en el horno.
Precalentamos el horno a 175º y metemos las figuras en la bandeja del horno, vamos tocando para ver si están duras y una vez notamos que sí, les damos la vuelta para que se endurezcan bien por los dos lados.
En este proceso es fácil que cojan un ligero color tostado, por eso, este proceso no está indicado si lo que queremos es hacer adornos de estilo nórdico. (blancos inmaculados)
Yo opté por la opción rápida para que en el mismo día pudiéramos pintar los adornos y casi casi hasta colgarlos en el árbol.
Para decorarlas, empezamos por pintarlas con pinturas acrílicas. También utilicé una técnica que aprendí con el scrapbook. Utilizando Glossy accents (podemos encontrarlo en tiendas especializadas en scrapbook o vía online) y purpurina de colores.
Con el pegamento Glossy hacemos dibujos, puntos, rayas o cubrimos toda la superficie. Después echamos purpurina y sacudimos el exceso. Dejamos secar.
Después utilizamos un barniz acrílico que seca más rápido o un barniz cerámico, que nos aporta un efecto brillante y acabado de calidad. .
Y después de dejarlos que sequen bien (el barniz cerámico tarda más en secar), ponemos una cinta un poco resistente y ya tenemos nuestros adornos listos para colgar en nuestro árbol.
Animaros a hacer este DIY en casa una tarde con vuestros niños, o solos, pasareis un rato relajado, y divertido, y puede ser un bonito regalo para hacer a la familia en estas fechas.
Los nuestros ya están preparados para pasar con nosotros un montón de años.
Besotes